Tecnología de la F1 cada vez más presente en la vida diaria

David R. Sánchez / STANDING NEWS
El impacto de la invasión de Rusia a Ucrania en las cadenas de suministro de la industria automotriz y el alza de precios en las materias primas puede acarrear que se dejen de lado proyectos para usar la tecnología del F1 en la vida diaria.
El conflicto afecta la producción de metales raros como níquel o paladio (Rusia produce 40% a escala mundial), materias que se aprovechan para la fabricación de baterías indispensables para autos eléctricos e híbridos.
Recordemos que en la Fórmula 1 incluye motores híbridos con motores de combustión interna propulsados por combustibles fósiles.
Asimismo, la industria automotriz depende en gran medida de los gases raros suministrados por Ucrania, como el neón, el criptón, el argón y el xenón, entre otros.
Éstos son indispensables para fabricar celdas de las baterías de autos eléctricos y superconductores (microchips). Ucrania produce 70% del gas neón del mundo.
Todo lo anterior complica aún más la fabricación de automóviles y toda clase de productos que requieren de baterías y chips.
Cabe recalcar que la tecnología de la Fórmula 1 está presente cada vez más presente en nuestra vida diaria.
La escudería Mercedes-Benz incorpora estas tecnologías híbridas en su AMG Project One, hipercoche híbrido, o bien en autobuses híbridos que recorren las ciudades.
Las inversiones de la armadora en el campeonato además de buscar ganarlo, intentan trasladar la tecnología que usa la competición a los automóviles comunes para deleite de los conductores.